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Historia

 
 
 

Sobre A.P.A.

                Los artistas galardonados con el premio máximo por los gobiernos de la Nación y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en Artes Visuales, Literatura, Música y Teatro, nos agrupamos hace más de una década en Artistas Premiados Argentinos “Alfonsina Storni” (APA) para defender, en principio, nuestros derechos.

                Sin embargo, esta unión logró algo más importante: establecer una auténtica comunicación entre los distintos representantes de la creación.

                  El peso y el prestigio de los integrantes de APA, así como la existencia de la entidad que nos agrupa, facilitó también el logro y la capacidad de proyectar objetivos culturales que habrían sido imposibles de alcanzar individualmente.

                 Fue entonces que, con la consigna “Artistas por Argentina” nos impusimos, allende el propósito inicial de nuestra constitución, expresar mediante actividades colectivas de todos los creadores nuestro compromiso con la cultura por la unidad significativa de nuestro pueblo.

                   Hoy, como siempre, seguimos de pie, sustentados en la esperanza que gesta todo acto de creación artística, en la confianza de que los argentinos encontremos nuestra identidad en un camino común, con el objetivo de superar progresiva y constantemente los graves problemas que nos afectan como comunidad.

 

 

 
 


Breve Historia

Los premios de estímulo a las letras y las artes fueron instaurados en 1920 y fue su promotor el concejal Juan F. Mantecón. Amigo fervoroso de los creadores del arte, decía en los fundamentos de su proyecto que “podemos dedicar un momento de atención a las letras, a los versos, a los pinceles y cinceles y a las claves de sol. Que ambulan como sonámbulos por las arterias de la colosal metrópoli”

Luego, con exaltada oratoria, agregaba: “No dádiva que envilece sino aliciente que conforta; no hermetismo electoral, sino trofeo conquistado en la noble emulación; no gesto de príncipe del medioevo, sino diestra tendida de hermano que siente y piensa; no lirismo enfermizo sino salud espiritual”.

La Comisión de presupuesto, integrada por F. Alejandro Mohr, Adolfo Dickman, Enrique Villarreal, José Antonio Amuchástegui y Luis A. Mela, aconsejó la sanción de la ordenanza que se promulgó en 1920.

 

Algunos galardonados

Desde entonces los premios municipales contribuyeron generosamente al desarrollo de las letras y las artes. F. T. Marinetti, el jefe del futurismo italiano, recordando en Buenos Aires su Zang-tumb-tumb (1914), estructurado con las célebres palabras en libertad, elogió la ordenanza argentina y expresó que sólo así, con tales estímulos, podía “sostenerse una gran literatura”. Algo parecido dijeron otros escritores llegados a la reunión del Pen Club Internacional realizada en Buenos Aires. El apoyo municipal fue importantísimo. Ganar el premio significaba prestigio y posibilidad económica. Leopoldo Marechal compró su casa de la calle Rivadavia con el galardón obtenido por su drama Antígona Vélez, estrenado y dirigido por José Santos Discépolo en el Teatro Cervantes. Lo mismo hizo Ezequiel Martínez Estrada al adquirir su quinta en la provincia de Buenos Aires. A Raúl González Tuñón,, al obtenerlo en 1928, le sirvió para vivir en París durante un año. La municipalidad se erigía así en esa providencia mágica de la que hablaba William Butler Yeats.

 

Los subsidios

En enero de 1976 la ordenanza 32.428 puso en vigencia los subsidios a los primeros premios de LITERATURA, TEATRO Y MÚSICA. En junio de 1982la Ordenanza37.849 incorporó los premios únicos, y porla Ordenanza39.173 se agregaron los correspondientes al Salón Municipal de Artes Plásticas Manuel Belgrano ( pintura, escultura, grabado , dibujo y monocopia). En enero de 1985la Ordenanza40.443 elevó el monto de los subsidios a una suma equivalente a la asignación mensual de la categoría 15, (luego 14) del Escalafón Municipal. En julio de 1990, por Ordenanza 44.370, se unificaron todos los premios con derecho a subsidio. Se amplió este derecho al cónyuge supérstite y se eliminó el límite de edad. En octubre de 1993, la ordenanza 47.396/93, fijó una categoría de acuerdo al sistema de escalafón vigente (SIMUPA), actualizando el monto del subsidio y extendiendo el beneficio a los hijos menores o discapacitados y a las parejas que viven en concubinato ante la desaparición del titular. Por último, en enero de 2007 se promulgó la ley 2199, que fija nuevamente un tope de edad mínima (50 años) para comenzar a percibir el subsidio.
 

 

 

Fundación de APA

Setiembre de 1992 fue la fecha clave. La exigüedad de las asignaciones, la dificultad en percibirlas por los olvidos administrativos que llegaron hasta la suspensión de los pagos, (bajola Intendenciade Bouer), impulsó a un grupo de artistas premiados a la fundación de una sociedad que iba a erigirse en entidad protectora del hacer creador y de todos aquellos que quemaban su existencia en las letras, la música y las artes. Con tales motivos la primera reunión en ese febricente mes de setiembre, se realizó en la plazoleta de Belgrano esquina Piedras. Allí estuvimos, preocupados ante la suspensión del pago del haber mensual, decidiendo que una delegación de los artistas fuera a pedir explicaciones al entones Director de Cultura . Restituido el pago, entendimos que solamente estando juntos protegeríamos la subsistencia del Premio y decidimos agruparnos en una institución. En seguida el fervor dictó el nombre de la nueva entidad que asumiría la defensa de los creadores: Artistas Premiados Argentinos. ( APA para abreviar). Las reuniones continuaron en la casa de Leonor Manso, y se llamó a una Asamblea fundacional enla Asociación Argentinade Actores. Curiosamente fue realizada el 25 de octubre, fecha del fallecimiento de Alfonsina Storni. Antesla Asambleahabía votado el nombre de la poeta para la entidad por ser la primera creadora que obtuvo el premio. De allí surgió la primera comisión provisoria que tenía como presidenta honoraria a María Rosa Gallo y presidente a Antonio Pujía. Los demás cargos fundacionales fueron ocupados por Fernando González Casellas, Rolando Mañanes, Nydia Sroulevich, Bernardo Di Vruno, Norma Lado, Sara Delpino, Leonor Manso, Roberto Nicolás Medina, Lisardo Pibida, Norberto Onofrio, Jorge Masciángioli, María Cristina Laurenz, Juan José Manauta, Carlos Langone, Enrique Tallon y Alfredo Benavídez Bedoya.

 
 


Constituida definitivamente APA para seguir en la batalla de la creación, encaró diversas acciones culturales. Los lunes en el Petit Colón de Libertad y Lavalle, se convirtieron en tertulias de la cultura, la primera el 13 de setiembre de 1993, en la que se homenajeó a María Rosa Gallo por los 50 años en su profesión. Actuaron allí Leonor Manso, Inda Ledesma, y María Cristina Laurenz, bailarines del Colón y se escuchó música de nuestros autores. APA participó en el festejo por los 10 Años de democracia, con actividades durante dos días en el Salón Dorado del entonces Concejo Deliberante de Buenos Aires. En 1994 se presentó enla Sociedad Argentinade Escritores el primer número de la revista de la institución, publicándose luego doce ejemplares más. Entre los diversos actos emprendidos por la entidad se realizó una actividad colectiva “El Gran Bastidor, huella de artista”, donde más de doscientos creadores dejaron su estampa en dos jornadas realizadas en el Teatro San Martín. En 2002 durante treinta días, los artistas de la institución dijeron presente ante la difícil situación que atravesaba nuestro país en Artistas Por Argentina, emotivas jornadas llevadas a cabo en el Museo Sívori. APA consiguió tener su primera sede propia en Hipólito Yrigoyen 543, que luego se trasladaría a su actual sede societaria. Todos los meses se produce allí el Encuentro de las Artes, confluyendo las cuatro disciplinas en un interesante intercambio. Artistas Premiados Argentinos “Alfonsina Storni”, continúa cada vez más firme en la defensa de los derechos de los creadores, siempre rodeados de sombras agoreras. Pero como decía Rabelais“Cumplida la batalla, hay que amanecer en la batalla”y plagiando a Romain Rolland “todo lo que toca la buena voluntad, se salva de la muerte”.


Texto de Juan Jacobo Bajarlía (actualizado por Nydia Sroulevich).

 


 

 
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